“El tiempo de Dios es perfecto”. Si quisiera resumir en pocas palabras esta historia, sería con esas seis. Como no quiero que sólo se queden con el resumen, los invito a que lean el trayecto que pasaron Vero y Henry, antes de unir sus vidas en matrimonio.
A pesar de que sus caminos coincidieron por primera vez en la escuela, siempre se vieron como compañeros nada más. Pasada la graduación, establecieron una bonita amistad hasta que en un momento se empezaron a atraer.
Muchos podrán pensar que en ese instante comenzó su relación pero, no fue así, sino todo lo contrario. Henry tenía novia en ese entonces y un enredo de sentimientos, lo cual provocó que discutieran, se alejaran y cada uno siguió su vida por separado.
Pasaron tres años cruzar palabra, cuando Henry decide llamarla para aclarar las cosas y no estar así. Como ambos pertenecían al mismo grupo de amigos, decidieron hacer las paces para que no fueran incómodos los encuentros.
Aún así, ese momento tampoco fue el adecuado y la vida los volvió a separar.
Pasó un tiempo más y se reencontraron en una reunión de la promoción. Parecía que en esta ocasión los planetas sí estaban alineados, el hilo rojo se había desenredado y Dios decidió que este sí era el momento perfecto.
Como ninguno tenía pareja, la atracción se mantenía y la química era inevitable, empezaron a salir y tuvieron un hermoso noviazgo durante cuatro años.
Esos ojos llorosos, reflejan la felicidad de unir su vida junto a la persona a la que estaba destinado acompañar, por el resto de sus días. Fue muy conmovedor y emocionó a todos los que ahí estábamos.
Para llegar al tan esperado 30 de julio, Henry tuvo que planear una propuesta con mucha dedicación para que Vero no se diera cuenta (ya que nos dice que siempre está pendiente de todo).
Con apoyo del promotor y el ingeniero del apartamento donde vivirán (el cual se encontraba aún en construcción), organizaron todo para hacerla en ese lugar. Fue así como los “citaron” para visitarlo, el 10 de noviembre, aprovechando que era día libre.
Todo iba acorde al plan; hasta el guardia de seguridad se metió en el papel diciendo que ya el ingeniero venía en camino. Subieron por escalera 11 pisos, aunque para Henry ya era la tercer vez ese día (quien había estado preparando todo).
Ya en el apartamento todos cansados, Vero se puso a ver cada detalle. Saca la cinta métrica, mira el baño, “esto esta chico”, entre otros comentarios, mientras que Henry chateaba con su cuñado para que esperara la señal.
Finalmente logró llevar a Vero al balcón, cuando en eso sube un drone con un letrero que decía: “¿Meme te quieres casar conmigo?”.
Lloraron, rieron, brindaron, con todo y su perrita Lily incluida. Luego se encontraron con otros familiares para almorzar y celebrar esta gran noticia.
¡Que vivan los nuevos esposos!
“Lo que más me gusta de Henry es su alma de niño…me hace romper con la seriedad. Su bondad, su amor y pasión por las cosas… y por mí juju.” – Vero
” Me gusta todo de ella…¡¡¡la amo como es!!!” – Henry
A pesar de que Lily no pudo estar presente en la boda, hicieron que formara parte de ella al menos en fotografía. Ella es su consentida y no podía quedarse por fuera.
Al ritmo de “Caminar de tu mano”, Vero y Henry bailaron entre una lluvia de confeti y aplausos. Fue simplemente de película y dejó a todos emocionados.
Henry preparó unas hermosas palabras donde agradecía a cada uno de los presentes por todo el apoyo a lo largo de estos años y lo emocionado que está de empezar esta etapa junto a Vero.
Creo que las fotos hablan por sí solas, cuando queremos referirnos a la buena rumba que tuvieron en su boda. Donde fuera que uno volteara, había un momento divertido para capturar.
A pesar de estar celebrando junto a cientos de personas, nunca faltó el momento en que estos recién casados compartieran un abrazo, miradas de complicidad y varios bailes.
Verónica y Henry, nos alegró demasiado poder compartir y capturar para ustedes este día tan importante en sus vidas.
Fue una divertida experiencia de principio a fin (desde la primera reunión), por lo cual siempre los recordaremos con mucho cariño. ¡Que Dios bendiga su unión!
Gracias Lizzie y su equipo por la pasión y el amor que entregas a tu trabajo, que hace que cada foto sea única y especial.
Te queremos mucho
Vero y Henry