El amor llega cuando menos te lo esperas y por donde menos te lo esperas. En el caso de Liliana, jamás pensó que conocería a su compañero de vida, hablando por Skype con su hermana.
Era el año 2007, cuando su hermana se fue a estudiar a Louisville KY, donde conoció dos chicos de Panamá (que ya eran mejores amigos) y los tres se hicieron muy amigos.
Un día, por medio de una videollamada entre ellas, ellos se asomaron en el fondo y fue ahí cuando se los presentó. Jamás hubieran pensado que, varios años después, cada una se convertiría en la esposa de este par de amigos. Si antes no eran unidos, no puedo imaginar ahora.
Luego de siete años, la amistad dio paso al amor y comenzaron su historia desde otro punto de vista, donde se dieron cuenta que eran el uno para el otro.
Recuerdo cuando me reuní con Liliana y me comentaba que ella me había conocido en la universidad, cuando una persona en común nos presentó, y que había seguido mi trabajo desde entonces.
Para ser honestos, como fue tan breve, realmente no me acordaba. Aún así, con lo agradable y dulce que es Liliana, hice click con ella inmediatamente y sentía que la conocía desde hace mucho más.
Pasamos la tarde en un café conversando sobre los planes e ideas para la boda, los colores, las locaciones, los sueños y mucho más importante, la historia que los llevó a este momento tan significativo en sus vidas.
El día de la sesión pre boda, tuvimos la oportunidad de pasar un buen rato con Jorge (mientras Liliana se maquillaba), donde conocimos más de este amante del ciclismo y los autos.
Después de hablar sobre lo increíble que es su bicicleta (la cual llevó a la sesión) y lo interesante que es este hobby, llegó Liliana junto con su guitarra y un outfit súper chic. Fue ahí cuando me di cuenta que, a pesar de que tienen gustos tan diferentes, se complementan de una manera única.
Cuando cumplieron ocho meses de novios, Jorge decidió sorprender a Liliana con una cena muy especial en la cava del Bodegón.
El ambiente fue muy privado lo que les dio la oportunidad de hablar de su relación y así reflexionar sobre hacia donde se dirigía la misma.
En medio de la cena, Liliana comenzó a sospechar que esa noche sería diferente (ese es el sexto sentido femenino actuando ;)). Al llegar a la hora del postre, Jorge le pidió a Liliana que cerrara los ojos para darle un regalo especial por el tiempo que llevaban juntos.
Una vez lo hizo, Liliana comenzó a sentir algo pasando por su dedo anular y, al abrir los ojos, ya tenía el anillo puesto (Jorge estaba muy seguro de la respuesta jeje).
Posiblemente fueron los nervios pero finalmente le hizo la tan soñada pregunta: “Mi amor, ¿quieres casarte conmigo?”. En medio de lagrimas de alegría, Liliana le dio el sí sin dudarlo ni un minuto.
Además del hermoso detalle y planificación que realizó Jorge, para que la propuesta fuera especial, le comentó a Liliana que había hecho algo diferente a lo que le había comentado en primer lugar.
Esa mañana, se había ido en el primer vuelo a Chiriquí para regresar al medio día, a “tratar temas de negocios”. El propósito real de su viaje era pedirle la mano de su hija a sus suegros que viven en David. ¡Que detalle!
Otro detalle muy especial es que, el padre que los casó, es tío de Jorge. Él viajó especialmente para unir en santo matrimonio a su sobrino y nueva sobrina.
Se podrán imaginar lo hermosa que fue la misa. Apenas estuvieron recién casados, les dijo que fueran a abrazar a sus padres, hermanos y abuelos. Fue un momento tan conmovedor que hasta me erizo mientras lo recuerdo escribiéndolo.
“Lo que más me gusta de Jorge es su constancia, determinación, sencillez. Todo. También todo lo bueno y lo no tan bueno.” – Liliana
Liliana sorprendió no solo a Jorge, sino a todos los presentes, cantándole a su otra mitad. Fue un momento muy especial y diferente, que de seguro recordarán por siempre.
“Lo que más me gusta de Lily es su persistencia, humildad, sencillez y empatía por la vida. Todo. Lo bueno, y lo no tan bueno.” – Jorge
Liliana y Jorge quisieron compartir con cada uno de los invitados. Los veías dando vueltas por todo el salón para bailar, hablar y tomarse fotos con sus seres queridos.
Tanto los que viajaron sólo por la boda como los que aquí viven, se unieron y gozaron desde que empezó la orquesta a tocar.
Liliana y Jorge, espero que conserven estas fotos como el recuerdo de uno de los mejores días de su vida. Estoy segura que este nuevo camino que emprenden, estará lleno de muchos de ellos, Dios primero.
Que su unión esté llena de bendiciones y que cada día se levanten para amarse un poco más. ¡Muchas felicidades!