“Hoy sí voy a escribir. Voy a sacar el tiempo para eso”.

Ya perdí la cuenta de las veces que he dicho esto desde que llegué a Europa, que si fuera Pinocha ya hubiera golpeado a varios con mi nariz.

Algo que me pasa (y mucho) es que imagino situaciones casi perfectas que deseo vivir. En este caso, a pesar de que me mentalicé una y otra vez de que en esta ocasión no viajaba por vacaciones, no pude evitar imaginarme los días de película que viviría en Paris.

Esos días de película empezaban con un desayuno perfectamente francés. Luego asistiendo a clases en bicicleta (con una canción de fondo como esta) aprender muchísimo y, una vez terminada las clases, ir a algún café parisino con mi laptop (aunque no me guste para nada el café) y ponerme a escribir, sólo escribir.

Después de eso salir a pasear por la ciudad, tomar fotos y practicar mi francés. Al finalizar regresar a mi casa a cenar, ver cosas del trabajo (que hace tiempo quiero hacer) y finalmete irme a dormir temprano… Ufff …creo que tengo problemas mentales. Sólo faltaban los animales cantores en el checklist de clichés.

En fin, no es que me vaya mal, al contrario, la estoy pasando súper bien. Sí estoy aprendiendo muchísimo, sí estoy comiendo rico pero la bicicleta ha sido reemplazada por metro (una vez me di cuenta lo lejos que quedaba mi escuela de mi casa) y aún no consigo hacer tiempo para ir a mi café parisino a escribir, hasta que me echaran, por no pedir ningún café.

Muchos se preguntarán por qué no saco el tiempo o me organizo mejor. Respuesta sencilla: estoy cansada. Estoy aprendiendo mucho porque estoy estudiando mucho y esto me consume varias horas. Me siento de vuelta en secundaria. Si a eso le sumo mi intento de vida social acá y las otras actividades cotidianas, el día se me hace nada.

Se me ha complicado un mundo poder actualizar mi página por problemas con un gracioso disco duro. En él había copiado toodos mis archivos, para poder tenerlos acá también, así que desde Panamá están enviándome todo de a poco.

Pues sí. Finalmente conseguí tiempo para escribir. No desde el café parisino, sino desde las alturas. Después de haberme golpeado dos veces contra el avión, cuando cabeceé al quedarme dormida, decidí aprovechar este tiempo y contarles mi experiencia hasta este momento.

Estoy llegando a Roma en estos momentos para pasar el fin de semana “desconectada”. Unas mini mini vacaciones en una de mis ciudades favoritas. Ya estoy lista para disfrutar mi auto regalo de cumpleaños adelantado.

Ciao bella (y bellos también jajaja).

P.D: Si ya leíste todo este post, no olvides dejar tu comentario y serás acreedor a un súper abrazo virtual (nuevecito de paquete 😉 )

Escrito el jueves 29 de agosto a las 4:28 p.m.

Roma desde las alturas: