Cuando decidí abrir mi negocio, mi hermana y sus amigas fueron las primeras valientes en posar frente a mi lente. Tiempo después, incluso trabajaron conmigo y, años más tarde, Sara se convirtió en mi nutricionista.
A ella nunca le falta una sonrisa, un buen consejo, palabras de apoyo, un buen playlist y es toda una profesional.
Esta persona tan bella en todos los sentidos se merecía alguien tan especial en su vida como Jonathan, que la trata como toda una princesa y le da un amor tan grande como él.
Todos estaban tan emocionados el día de la boda, que no pude evitar conmoverme.
Son una pareja que se complementa de manera preciosa. Su conexión y amor se siente en cada mirada y gesto, y creo que en las fotos se puede apreciar.
Qué bonito ha sido ser testigo de estos momentos tan especiales y poder disfrutar como invitada y como fotógrafa.
Fue un honor cubrir su boda y ser testigo de su amor. Les deseo que esa felicidad y complicidad siempre iluminen su camino juntos.