Tengo tanto que contar y mostrar de esta boda, que por primera vez partiré una publicación en dos partes. Y es que después de dos días de cobertura (uno para la celebración católica y otro para la boda hindú), lo que hay es fotos por montón.
La historia de Mónica y Andrés, empezó cuando tenían 17 años. Ambos se conocieron en la escuela y desde entonces la química fue inevitable.
Después de varios años de noviazgo, sabían que era el momento de dar un paso importante en su relación, por lo cual Andrés preparó una sorpresa para hacer la gran pregunta.
Como las amigas de Mónica siempre hacen una cena de navidad todos los años, Andrés aprovechó la ocasión para esperarla con un grupo musical que les encanta, mientras cantaban la canción “Solo para ti” de Camila. Un camino de pétalos de rosa la conducía hacia él, a donde se les unieron sus familiares más cercanos y mejores amigos, para formar parte de ese momento tan importante en sus vidas.
Después de esa propuesta, comenzó el cuenta atrás para su boda. Creo que todos los que formamos parte de la producción de esta boda, sabemos el esmero, dedicación y empeño que le metieron Mónica y Andrés, para que estos días fueran inolvidables y de película. Cada detalle fue minuciosamente supervisado, por lo que sabíamos que todo iba a salir como lo habían soñado y hasta mejor.
Todo empezó la tarde del viernes, con la antesala a la boda católica. Desde que entré a la habitación de la novia, sabía que no solo ella, sino todos sus invitados, estaban más que listos para festejar esta boda por todo lo alto, hasta el último minuto.
Una vez Mónica se puso su vestido, entré inmediatamente en estado de waooo, con lo bella que lucía. Debo confesar que me mantuve en ese estado hasta que finalizó la cobertura del día dos, por lo lindo que les quedó todo.
Acá les comparto mis fotos favoritas de la primera parte: