Creo que todos hemos pasado por la situación en la que nos invitan a un evento en el cual dudamos si asistir o no, ya sea por cansancio, ánimos u otros planes.
Kathy y Leo decidieron asistir a una parrillada, dónde ninguno de los dos tenían muchas ganas de ir. Si no hubiera sido por esa decisión, tal vez jamás se hubieran llegado a conocer (Dios y el destino los terminaron de convencer jeje).
Después de un hermoso noviazgo, llenos de momentos inolvidables, Leonardo supo que Kathy era la mujer con la que deseaba compartir el resto de sus días.
Con mucho detalle, preparó un fin de semana romántico en el Westin (uno de los favoritos de Kathy), donde reservó un restaurante para ir a cenar. Cuando entraron había rosas, velas y champagne (Kathy pensaba que era un detalle romántico de su parte).
Cuando terminaron la cena, se arrodilló entre lagrimas y le hizo la tan esperada pregunta: ¿te quieres casar conmigo ?
Finalmente llegó el tan esperado día. El clima estaba bastante lluvioso, desde que salimos de la ciudad en dirección a Vista Mar, y así se mantuvo gran parte del camino. Aún así, estaba confiada de que Dios no nos abandonaría en esta. En efecto, no lo hizo.
A cinco minutos de las últimas gotas que nos cayeron, llegamos a nuestro destino y una fresca brisa nos acompañaba, listos para capturar todo sin problemas.
Kathy es una de las novias más relajadas con las que nos ha tocado trabajar. Ella estaba disfrutando cada minuto y viviendo esta experiencia al máximo y lo contagiaba a todos a su alrededor.
Como cuando estaban niñas, Kathy y su hermana decidieron ponerse a brincar en la cama. Su mamá a lo lejos las escuchaba riéndose a montones y le hizo remembranza a su infancia. Que bonita y divertida manera de prepararse para la ceremonia.
Si de vestidos de novia hermosos se trata, el de Kathy es uno de ellos. Desde que entramos a la habitación donde se encontraba, fue amor a primera vista (para mi y para la cámara).
Obviamente el vestido no se lucía solo. Cuando Kathy finalmente se lo puso, todos quedamos asombrados y emocionados.
Debo confesar que, desde que me dijeron dónde sería la boda, quedé muy emocionada. El año pasado tuve la oportunidad de hacer una sesión de fotos ahí y pensaba lo hermoso que se debería ver una boda en ese lugar. Gracias a ellos pude dejar de pensarlo y finalmente vivirlo.
Me en-can-ta cuando hacen sus propios votos matrimoniales. Siempre le da un toque más personalizado y honesto. Muestra realmente los sentimientos de cada uno y se convierte en uno de los momentos más inolvidables de la celebración.
Ambos se prometieron amor eterno y sus sonrisas mostraban lo emocionados que estaban por esta decisión.
“Lo que más me gusta de Leonardo es su humor, como me trata y lo bien que la pasamos juntos…”
– Kathy
“Me gusta cuando Kathy me hace reír, me da besitos y todo lo que me hace feliz…” – Leonardo
Me robé a los nuevos esposos unos breves minutos, para aprovechar el atardecer y tomarles fotos a solas. Valió totalmente la pena y quedé muy feliz con el resultado.
Mi novio siempre me dice que, una de las cosas más bonitas de mi trabajo, es que las personas siempre están felices y celebrando. Esta boda no fue la excepción a la regla y así da muchísimo gusto capturarla.
Kathy y Leo mandaron a hacer este detalle tan original y que en lo personal, jamás había visto. Con fotos de ellos de cuando estaban bebés, de seguro recordaron su infancia y el camino que pasaron para llegar a este momento tan soñado.
Para ser una boda con sus familiares y amigos más allegados, se sentía como si fueran, muchísimos porque armaron tremenda rumba. El amor y cariño hacia los recién casados se veía a flor de piel y todos disfrutaban junto a ellos.
Esta pareja disfrutó…mejor dicho, se gozó la hora loca, rindiéndole honor a sus raíces. Todos brincaban y bailaban sin parar. Yo en lo personal, disfruté un montón la tanda de “Salserin” que tocó la orquesta al final.
Kathy y Leo, les deseo que su matrimonio sea igual de precioso que su boda (y hasta muchísimo más). Muchas gracias por permitirnos capturar este momento tan importante para ustedes.
Todo les quedó simplemente precioso y se nota que ustedes lo disfrutaron al máximo. ¡Que Dios bendiga su unión!