Creo que ya se han dado cuenta pero, desde hace ya algún tiempo, me encanta conocer la historia detrás de cada pareja y lo que los hizo llegar a este momento tan importante en sus vidas. Cada una de ellas vale la pena ser escuchada y contada, como lo es la historia de Andrea y Carlos.
Era el 3 de octubre de 2015, cuando Carlos le pidió a Andrea que le acompañara a El Valle, para hacerle un favor de trabajo a su mejor amigo y así aprovechaban como paseo de fin de semana.
Como su aniversario de seis años era diez días después y, por lo predecible que era Carlos para Andrea, jamás le cruzó por la cabeza que algo extra especial iba a suceder. Por esta razón, no se preocupó y empacó súper relajada.
Llegaron a El Valle e hicieron el recado de su amigo, tal y como el había dicho.
Aún así, la sorprendió con una reserva en un hotel y le propuso ir a cenar. Como ella estaba muy segura que sería el 13, nunca sospechó nada y hasta pensó que regresarían después para celebrar su aniversario.
Cuando llegaron al restaurante, él ya tenía una mesa reservada en un ambiente súper romántico. No habían pasado ni cinco minutos sentados cuando sacó el anillo y le pidió que fuera su esposa.
Andrea, quien había esperado este momento por tres años, quedó totalmente en shock. Por su cabeza no dejaba de pensar que estaba en short en el día de su propuesta (cosas de mujeres jeje). Al ver que no reaccionaba, Carlos le preguntó una vez más, lo cual dio lugar a lagrimas de felicidad y un gran SÍ de parte de su futura esposa.
Aún así, la historia no termina ahí. De lo emocionada que estaba, se puso el anillo en la mano incorrecta. Él la intentaba corregir pero, como no quería darle la razón, lloraba porque el anillo no le quedaba. Fueron tantas emociones juntas que ella lo abrazaba, llorando (emocionada por la propuesta), pero triste porque “no le quedaba el anillo”. Ahora recuerdan esta experiencia con muchas risas.
Para unos anillos tan importantes, se necesita un cuidado extra especial. Por suerte, Andrea y Carlos, contrataron a un servicio especial para esta tarea.
Para mayor seguridad, el servicio especial llegó en un auto blindado y así hacer una entrada de película. 😉
Siempre nos quedamos esperando a ver la reacción del novio cuando ve a su futura esposa caminar hacia al altar. En el caso de Carlos, no pudo evitar sacar su celular para recordar este momento desde su perspectiva, mientras miraba con emoción a Andrea.
Cuando esta pareja se conoció en la universidad, jamás pensaron que llegarían a este momento. A Andrea no le simpatizó Carlos cuando los presentaron, sin saber que se convertiría en el amor y compañero de su vida.
Mientras que Andrea es “la revoltosa”, Carlos mucho más reservado y calmado. Aunque tienen personalidades un tanto diferentes, saben que su vida estará llena de sorpresas y momentos maravillosos. No solo se están casando con la persona que aman, sino con sus mejores amigos.
“De Carlos me encanta todo. Me encanta lo protector que es con su familia, lo centrado que es en cuando se propone algo, me encanta su emoción cuando ve diablos rojos y mulas (le encantan, creo que en otra vida fue busero, jajajaja). Me encanta que por muy estresada que esté él siempre encuentra la forma de sacarme una sonrisa y hacerme sentir protegida, hermosa y que puedo conquistar el mundo a su lado. Físicamente me encantan sus ojos” – Andrea
“De Andrea me encanta su dedicación, su sentido del humor, me encanta que todo se le olvida, pero nunca se le olvida decirme “te amo y avísame cuando llegas”. Me encanta lo protectora que es conmigo y que siempre me lleva la contraria en cosas que ni ella sabe si sabe, es como si discutiera por diversión a ver si un día gana.” – Carlos
Esta pareja cuidó cada detalle para que fuera tal y como ellos habían soñado. Después de tanta preparación, finalmente pudieron verlo hecho realidad.
No hubo momento en el que no se vieran felices, muy por el contrario, las risas, miradas de complicidad y las muecas (énfasis en esta última), estuvieron presentes toda la noche.
No quedan dudas de la buena rumba que vivieron esa noche. Sin importar lo que sonara, todos bailaron junto a los nuevos esposos, celebrando su unión. Como bien dice el dicho, una imagen vale más que mil palabras.
Andrea y Carlos, fue una gran experiencia poder compartir con personas tan divertidas como ustedes. Desde el primer momento, sabía que disfrutaríamos de trabajar con ustedes, como en efecto lo hicimos.
Les deseo que se mantengan tan divertidos como siempre. Nunca dejen de ser y tratarse como novios, para que así esa alegría y amor vaya creciendo cada día más. ¡Que Dios los bendiga!
