Leo ingresó en la escuela de Kathy en 4to año pero no fue hasta el año siguiente que quedaron en el mismo salón. Al principio no hablaban mucho pero, por cosas del destino, la profesora decidió cambiarlos de puesto y quedaron prácticamente al lado. Desde ese día comenzaron a conocerse más hasta que Leo se armó de valor y le pidió que fuera su novia, un viernes a la última hora de clase (me siento como si contara una telenovela juvenil).
Una vez en la universidad (que también asistieron a la misma pero en diferentes carreras), el tiempo se les hizo más limitado pero intentaban verse cada vez que les fuera posible. Cuando terminaron la universidad tuvieron una discusión que los llevó a “terminar en serio”. Fue tan en serio que terminaron, que no pasaron ni tres semanas cuando Leo regresó donde Kathy y le dijo que la iba a llevar a Cancún. A pesar de que Kathy quiso hacerse la difícil, aceptó irse con él de paseo (y que bueno que aceptó).
Durante su estadía, Leo la invitó a cenar una noche y, al terminar, el mesero le trajo un postre flameado y un capuccino. El mesero le comentó que el café iba a estar más delicioso si le ponía azúcar de una cajita que tenía cubierta con un pañuelito. Kathy la abrió y entre emociones y lágrimas, Leo se arrodilló para pedirle que fuera su compañera por el resto de sus días.
[vimeo=https://vimeo.com/91445043]