Con la llegada del nuevo milenio, todos soñamos con nuevas metas, propósitos, sueños, aventuras y cosas inesperadas. Al menos, en el caso de Meredith y Gabriel, no imaginaban que ese año conocerían a la persona con la que compartirían el resto de sus vidas.

En la Facultad de Odontología de la Universidad de Panamá, Gabriel se vio interesado en esa chica amante de la lectura, la música y los viajes. A quien, un año más tarde, le pidió que fuera su novia.

 

A pesar de que ambos se fueron a estudiar al extranjero (ella a Brazil y él a Colombia), nunca perdieron contacto y el cariño se mantuvo intacto. Una vez de regreso, estaban más que seguros que eran el uno para el otro.

En los carnavales del 2015, Meredith y Gabriel viajaron a República Dominicana con unos amigos/cómplices sin saber que, en ese paradisíaco lugar, le pediría que fuera su compañera de vida.

La propuesta fue tan original y divertida, que ha entrado en una de mis favoritas para contarles. Así que los invito a que sigan leyendo.

El martes de carnaval, se fueron a la playa Juan Dolio a pasar el día. Gabriel le pidió a sus amigos que fueran a buscar un vendedor ambulante que tuviera sortijas, pulseras y accesorios, para colocar el anillo de Mere ahí. Los cómplices se fueron a cumplir su tarea con la excusa de ir a tomar fotos y conocer el lugar.

Sus amigos habían estado filmando todo lo que hacían desde que llegaron, por lo que Meredith no sospechaba nada.

Como ya tenían aproximadamente tres horas de estar ahí, se imaginarán cuantos vendedores ambulantes habían pasado por donde se encontraban ellos. Como a muchos nos pasa, después de un rato, ya Meredith estaba cansada de la insistencia en las ventas.

Finalmente sus amigos regresaron de “tomar fotos” y ella emocionada les dice que ¡al fin! que ahora sí podían ir al baño, a lo que ellos rápidamente le dijeron que tenían que esperar porque les iban a traer unas cervezas (súper creativos los chicos 😉 ).

En ese momento llegan dos vendedores, uno con el estilo de Bob Marley mientras el otro le decía “mi reina tengo algo para ti, ven, mira que es gratis”. A lo que ella le decía que no, bastante molesta y casi huyéndoles. Se sentó dándoles la espalda y el muchacho siguió insistiendo y le busca el brazo para decirle “mi reina, este te pertenece”. Esto sólo hizo que se molestara y asustara más.

En sus palabras, les dijo: “¡Ay! ¡que necia esta gente!, yo no quiero nada y menos ese anillo, quién sabe de dónde lo sacó”.

Cuando Gabriel vio que ella no se comía el cuento y no se sentía cómoda, le tocó la espalda para que se volteara y viera que él estaba arrodillado con el anillo en la mano.

Cuando finalmente se volteó, le tomó la mano sin poder decir una palabra y ella le quitó la cara emocionada, porque no podía creer lo que estaba pasando.  Entre risas, lagrimas y piernas temblorosas por parte de Meredith, Gabriel le tomó nuevamente la mano y le preguntó que si quería casarse con él.

A pesar de que al principio parecía una cámara escondida, Mere le dio el sí, más que segura de su decisión. Se besaron en la playa al atardecer, con sus amigos de testigos. Definitivamente es un día que jamás olvidarán.

Después abrazó a los vendedores, que luego se convirtieron en buenos amigos y se tomaron varias fotos con ellos. Ellos me las compartieron y fue muy emocionante verlas.

Todos estaban muy emocionados por la boda de Meredith y Gabriel, desde los más grandes hasta los que no tenían idea de lo que estaba sucediendo jejeje. Miren a esta muñequita que robó las miradas de todos los que ahí nos encontrábamos.

Después de 16 años de historias, anécdotas y experiencias, Meredith y Gabriel unieron sus vidas ante Dios, sus familiares y amigos. ¡Muchas felicidades!

“Me gusta de Gabriel la bondad de su corazón, la paciencia incomparable que me tiene y el cariño inmenso por su familia.”-Meredith

“Lo que más me gusta de Mere es su humildad y el amor que le pone a todas las cosas que hace.”-Gabriel

A pesar de que en la ciudad estuvo lloviendo muy fuerte ese sábado (y también en gran parte del camino hacia Buenaventura), Dios reservó un hermoso clima para que esta pareja pudiera disfrutar su hermosa boda al aire libre.

No importó que ese día los dos puentes quedarán prácticamente estancados o que muchos tuvieran que viajar desde todas partes del mundo, todos los invitados asistieron para compartir con Mere y Gabriel este momento tan importante para ellos. Como lo compartieron ese día, estaban muy agradecidos con cada uno de los que estaban ahí presente.

Para mí, lo más importante es que los novios disfruten ese día por encima de todo. Estoy muy feliz de que Meredith y Gabriel así lo hicieron. Las fotos son una muestra y recuerdo de lo bien que la pasaron.

Entre murga, presentaciones típicas, artista invitado y tamborito, no había momento en el que los invitados dejaran la pista vacía.

Como Mere es de Chiriquí y Gabriel de Los Santos, se formó una especie de topón durante la hora loca y cada uno defendía su favorito (parecía partido de baseball jeje).  Mi equipo y yo disfrutamos demasiado esta cobertura porque estaba llena de momentos genuinos y emocionantes.

Meredith y Gabriel, ustedes son una hermosa pareja que se nota que se ama con locura. Sus caminos estaban destinados a cruzarse y convertirse en uno solo, por el resto de sus días.

Todo les quedó precioso y fue una boda de película. Les deseo lo mejor hoy y siempre. ¡Que Dios bendiga su unión!