Rodeados por los hermosos paisajes, rico clima y deliciosas fresas, Jennifer y Alberto se conocieron por primera vez en Boquete… o al menos eso pensaban ellos.
Si hablamos de casualidades, esta pareja tiene muchas. Hace muchos años atrás, los padres de Jennifer y los de Alberto, fueron compañeros de estudio en China. Por cuestiones del destino, se mudaron a Panamá y terminaron siendo vecinos en la misma barriada.
Aún así, hace diez años, Jennifer se mudó a Chiriquí con su familia. Por esta razón no recordaba al gemelo que tiempo después le robaría el corazón.
Estaban tan destinados a estar juntos, que no importó la distancia para reencontrarlos en el momento y lugar perfecto.
Desde el primer momento, nos cuenta Jennifer que quedó muy atraída por su personalidad y, sobretodo, por su altura.
Debo confesar que lo primero que le dije a Alberto en la reunión fue “¡mucho gusto! ¡Que alto eres!” (mis introducciones atinadas para que me contraten para su boda jaja).
Como Alberto es fanático del basketball, no dudaron en formar su propio equipo para apoyarlo en este día tan importante.
Finalmente llegaron los caballeros donde la novia y comenzaron los retos tradicionales. No importa cuantas veces te toque presenciar esto, siempre quedarás sorprendido con la “creatividad” de parte de las damas.
Desde manzanas con pinchos, comer en el piso como perritos y dar dinero hasta un monto específico, son una de las tantas cosas que los caballeros tienen que pasar para que el novio pueda ver a su novia.
Súper creativas, ¿verdad? 😉
No había duda de la emoción que sentían Jennifer y Alberto. Desde que él logró entrar a la habitación (lo cual de por sí no fue nada fácil), sus sonrisas estaban de oreja a oreja.
La ceremonia del té siempre será uno de los momentos más emotivos y especiales para toda su familia. Entre abrazos, sonrisas y una que otra lágrima, ambas familias hacen esta tradición tan significativa.
Su perrita no podía faltar en la celebración, por lo cual se vistió acorde al evento. Robaba las miradas y atención de todos, con su ropita.
Go team!
Después de un delicioso almuerzo (en el cual por cierto quedamos llenísimos), realizamos la sesión de fotos tradicional con la corte.
Estoy por creer que Jennifer y Alberto son modelos y no me lo habían comentado. Proyectaban tan bien que en todas las fotos salían súper.
Posteriormente, nos trasladamos al Sunly para prepararnos para la recepción.
Debo confesar que quedé fascinada con la decoración y mucho más aún cuando supe que muchos de los detalles fueron realizados por la novia.
Una de las cosas que me pasa en las coberturas de otras tradiciones es que muchas veces no entiendo lo que dicen (sólo asiento con una sonrisa todo el tiempo), hasta ese día.
No, no sé nada de chino, pero entendí a la perfección cuando, en el brindis, sus padres dijeron que querían nietos pronto. No sé si es el hecho de que tooodos los padres sueñen con eso pero sorprendí a la novia cuando me confirmó que en efecto lo habían dicho.
Después de la entrada, las cheerleaders de la corte junto con la novia, decidieron hacer una coreografía especial.
Al ritmo de “Oh, I think that I’ve found myself a cheerleader…”, Alberto no podía dudar que “Jennifer is always right there when he needs her”.
Jennifer y Alberto, quiero desearles no menos que lo mejor en esta nueva etapa que indican. Que su vida abunden los buenos momentos y las risas.
Para mi y todo el equipo, fue un gusto presenciar y capturar este día para la posteridad. Muchas gracias por confiar en nosotros.