Escribo esto con una parte de mi corazón en la garganta y la otra en el cielo. Nuestro querido Lucky Esteban Pinto Moreno ha partido para hacer a Diosito tan feliz como lo hizo con nosotros.
Hace exactamente un año estuvimos cerca de perderlo pero Dios nos regaló otro año entero más para poder compartir con Lucky.
Dios, ahora que estás con él, por favor dale todos esos cariñitos que sabemos que tanto le gustaban. Las rascaditas a toda hora, jugar al escondite (haz como que no lo encuentras aunque se vea a leguas) los paseos nocturnos alrededor de las 9:00 p.m. y no olvides traerle un regalo cada que vez que regreses de viaje.
Recuerda que él se cree gente así que puedes alimentarlo con tenedor, darle agua en vaso, le encanta sentarse en sillas de oficina y come mucho arroz.
En su cumpleaños (o el de cualquier otro) permítele abrir los regalos. Le encanta romper el envoltorio.
Él es un perro muy educado, ayuda en reuniones (suma punto con los clientes), siempre hace sus necesidades afuera y no te despertará si te ve dormido.
Lucky, siempre dije que el nombre que te puse te caía como anillo al dedo (en este caso la pata) pero realmente fuimos nosotros los suertudos al tenerte a ti. Podría escribir mil y un cosas de ti y de estos hermosos 13 años y 8 meses que pasamos a tu lado pero las palabras no serán suficientes. Es este sentimiento que llevo dentro y estas lagrimas, que cuando las veías salir no te separabas de mi lado, las que espero que puedas sentir a pesar de la distancia.
Gracias Dios por ese “fin de semana” que nos regalaste para saber qué se sentía tener un perrito. Gracias por llevártelo en paz, sin sufrimientos, después de una vida bien gozada y rodeado de mucho amor. Te lo dejo a tu cuidado hasta que nos volvamos a encontrar. Te amo mi Lucky, mi pochonguito, mi chombito y siempre, SIEMPRE te amaré.
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