Lo recuerdo bien; la chica rubia y de sonrisa deslumbrante, hacía que muchos voltearan sus miradas y era causante de varios suspiros, cuando pasaba por los pasillos de secundaria. Aún así, desde ese entonces, el corazón de Rose ya estaba destinado para una sola persona: Daniel.
La primera vez que nos reunimos, además de recordar a nuestra alma mater y comentar lo rápido que pasa el tiempo, me compartió cómo Daniel le propuso matrimonio. Desde ese momento quedé en-can-ta-da con ellos y su historia.
Me encantan los hombres que son detallistas con sus novias y Daniel entra sin dudas en esa lista. Para el cumpleaños de Rose en el 2015, le preparó un regalo súper diferente y especial. Le entregó tres sobres y, en dos de ellos, un destino para irse de viaje. Por otro lado, el último sobre, incluía un viaje a “La ciudad secreta”.
Después de ese día, Daniel le entregó una cartulina con treinta destinos y, cada viernes, le decía cuál tenía que descartar (admiro su paciencia jeje). Varios tachones después, Rose descubrió que la ciudad secreta era Albuquerque en New Mexico. A pesar de que estaba un poco intrigada por este destino, se fue emocionada a esta nueva aventura.
Al segundo día de su llegada, Daniel hizo que se levantara a las 3:00 a.m., para tomar un bus y ella aún sin saber a dónde se dirigían.
Cuando finalmente llegaron a su destino, los acompañaba un hermoso amanecer y más de 500 globos aerostáticos, en el International Balloon Fiesta.
Desde niña, Rose soñaba con subirse a uno de esos globos y Daniel hizo este sueño realidad. Su alegría era inigualable, sin saber que le esperaba algo mucho más emocionante.
Ya en el aire, con las nubes y amanecer de testigo, mientras Rose estaba disfrutando del paisaje, Daniel aprovechó para preguntarle si deseaba casarse con él, a lo que ella le respondió con un gran y rotundo sí.
¡Oficialmente Sr. y Sra. Rodríguez!
De vecinos a novios, de novios a esposos. Han compartido gran parte de sus vidas juntos y, Dios primero, lo seguirán haciendo por el resto de sus días.
A Rose le gusta de Daniel, su perseverancia por las cosas y su forma sincera de amar. A él le gusta de Rose, su gran entrega por los seres que ama, su paciencia y tolerancia.
Un hermoso atardecer veraniego, dio un recibimiento de película, a todos los invitados de esta boda. Lo digo y lo diré las veces que sean necesarias: ¡no hay nada como las bodas de día!
Para recordar ese momento tan especial en el globo aerostático, decidieron celebrar su amor por todo lo alto (literalmente), soltando globos junto a sus invitados.
Esta pareja disfrutó y compartió con cada uno de sus invitados, quienes festejaron al máximo la unión de Daniel y Rose.
Que bendición tener un trabajo en el que capturo la felicidad de tantas personas.
Rose y Daniel, no quedan dudas de que estaban destinados el uno para el otro. Amores como el suyo, realmente inspira.
Les deseamos lo mejor en el inicio de este nuevo y muy emocionante capítulo de su historia. ¡Muchas felicidades y bendiciones en su matrimonio!