Era un viernes nublado, de esos que nunca faltan para el mes de julio. A pesar del tranque característico en el centro de la ciudad y el gris del ambiente, cerca de ahí se encontraban varias personas llenas de alegría y color.
Había llegado el día con el que tanto habían soñado y nada ni nadie podría opacar esa felicidad, sino más bien, contagiarla y esparcirla por donde ellos pasaran. Jessica y Luis Felipe se darían el “sí, acepto”, con sus familiares y amigos de testigos.
Desde la primera vez que me reuní con Jessica, sabía que iba a ser súper lindo trabajar con ellos, ya que son unas personas súper agradables y relajadas. Tienen tan buena vibra, que se transmite a todos los que comparten con ellos.
Como si su personalidad y encanto no fueran suficientes, Jessica escogió un vestido digno de cuentos de hadas, que nos dejó suspirando y emocionados por ella.
No sé imaginan el mundo de capas debajo de un vestido de novia 😉
A pesar de que la lluvia se asomó durante unos minutos en el arreglo, el cielo se despejó para que todos llegaran sin problemas. Como bien dicen, de seguro fue símbolo de bendición para su matrimonio.
Esa sonrisa tan característica de Jessica, no la abandonó en ningún momento, mientras se acercaba a su compañero de vida.
Después de una propuesta sorpresa, organizada por Luis Felipe en su apartamento, con gran emoción comenzaron los preparativos para el tan esperado día.
Todos sus seres queridos fueron invitados a esta boda, incluso hasta los “plus one” de las más pequeñas.
Cuando esta pareja se conoció entrenando Muay Thai, creo que nunca pensaron que dejarían los guantes de lado para ponerse un anillo de una promesa eterna.
Entre aplausos, arroz y volcanes, Jessica y Luis Felipe celebraron que en ese momento iniciaban una nueva y hermosa etapa juntos.
Cuando supe que la decoración estaba a cargo de Celebrations, no podía esperar menos de la misma. Más que comentarles acerca de ella, los invito a que vean los detalles en las fotos (tuve que dejar varias fotos por fuera porque sino hacía un álbum solo de la decoración).
Cuando tengo una pareja tan tierna y divertida frente a mi lente, es imposible no estar sonriendo mientras tomo las fotos (como si me la fueran a tomar a mi).
Son tan fotogénicos que cada click que hacía salía excelente y me alegraba poder capturar su esencia en las mismas.
Lastimosamente no pude estar presente en la fiesta, por cuidados de mi operación de la vista, la cual me había hecho el día anterior a su boda (sí, aún así fui bajo las recomendaciones de mi doctor).
La boda quedó a cargo de mi equipo de trabajo, a quienes les estoy muy agradecida por su gran apoyo y dedicación.
¿Soy sólo yo o esto parece polvo de Tinkerbell alrededor de ellos? Un amor lleno de magia.
He llegado a la conclusión de que, si cuando reviso las fotos después de la boda, me dan ganas de bailar, es que la rumba estuvo buenísima. Al menos esta lo estuvo y me divertí viendo cada una de ellas como espero que esta pareja las disfrute y atesore también.
A esta amante de los deportes acuáticos y este fanático del motocross, les falta agregar en sus cualidades que son tremendos bailarines y que disfrutan de una buena fiesta. No hay dudas de lo bien que la pasaron.
Jessica y Luis Felipe, deseo que su amor siga tan de película como lo es hasta ahora. Que esas sonrisas, complicidad, besos y abrazos, se multipliquen con el pasar de los años.
Igualmente, no tengo palabras para agradecerles su comprensión y confianza, significó mucho para mi y lo tendré presente siempre. ¡Muchas felicidades y bendiciones!