Paula y Ernesto nos cuentan que se conocieron por un “error”. Después de convivir con ellos, pienso que realmente estaban destinados a estar juntos y Dios y el destino hicieron que sus vidas se cruzaran.
Esta pareja se conoció hace 5 años, cuando a Paula la metieron en un chat de un grupo de trabajo al que no pertenecía. Ella pidió que por favor la sacaran del grupo pero, antes de salir, Ernesto se interesó en su foto de bbpin y le chateó en privado.
En ese entonces, ambos teníamos una relación, por lo que no fue hasta después cuando volvieron a hablarse (estando solteros los dos) y decidieron salir.
Ernesto quedó en irla a buscar para ir a cenar al Causeway. Paula cuenta que, a medida que él se iba acercando, se puso fría y no paraba de pensar en lo lindo que era y al parecer quedó flechada en ese momento.
Hablaron toda la noche, acompañados de la vista del mar, fresca brisa y, sobretodo, buena compañía. Lo que no esperaban ninguno de los dos, era la compañía de un patrulla de la policía.
Les preguntaron que si el carro que estaba estacionado en X lugar era de ellos, ya que le habían roto un vidrio y en efecto era el de él.
Los montaron al patrulla para llevarlos al lugar y, cuando regresaron, el carro estaba intacto. Como habían dejado las carteras a la vista, los policías les hicieron esa jugada para que fueran más precavidos…que graciosos, ¿no creen? (sarcasmo)
Al rato ese susto fue transformado en risas, una buena historia que contar y el inicio de su historia juntos.
Pasó el tiempo y se dieron cuenta que estaban junto a la persona con la que deseaban pasar el resto de sus vidas.
Un 14 de febrero, después de una cita por San Valentín, Paula fue recibida por una hermosa sorpresa al salir del restaurante.
El carro tenía un arreglo de flores, un collage de fotos de ellos y un letrero con hermosas palabras y al final la gran pregunta tan esperada. Más que segura de su decisión, Paula le dijo que sí muy emocionada.
Así comenzaron a planear su boda. En un principio querían casarse en Las Vegas pero al final se dieron cuenta que querían que, sus familiares y amigos, compartieran con ellos ese día tan especial.
De esa forma, el 10 de octubre de este año, Paula y Ernesto unieron sus vidas ante Dios y sus seres queridos…
” Lo que más me gusta de Ernesto es que me ama sobre todas las cosas… claro, después del amor a Dios y a sus Padres. Es un ángel que llegó a mi vida a mejorarla mas y hacerme muy feliz; es mi complemento. ¡Ah! y me gusta que cocina muy rico jeje.” -Paula
“Paola es muy amorosa conmigo, me trata bien, me ama y me lo demuestra cada día, aunque aveces se descontrola cuando tiene sus días jeje… Paola es una mujer incondicional conmigo. Eso me enamora de ella cada día más y más.” -Ernesto
Niños siendo…¡niños! 😉
Ahora que les he contado un breve resumen de esta hermosa pareja, no podía pasar por alto cuando me reuní por primera vez con Paula. Nos quedamos hablando mucho tiempo. Mientras comíamos un club sandwich, planeábamos su boda, me hablaba de Ernesto y yo de mi novio.
Me compartió desde las opciones de vestido, colores de la decoración e ideas que tenía para hacer. Así me hizo sentir que iba a cubrir la boda de una buena amiga y me iba emocionando a medida que llegaba la fecha.
Cuando pude convivir con los dos, me di cuenta lo bien que se complementan, lo divertidos que son y lo mucho que se aman. En las reuniones, pre boda y durante la boda, fue un verdadero placer poder trabajar con personas tan agradables y alegres.
Ufff y ni hablar de la rumba. Que buena fiesta la que tuvieron y lo mucho que la disfrutaron. Donde fuera que volteáramos, había un buen momento para capturar.
Con el toque orgullosamente chitreano de Ernesto, celebraron el inicio de su nueva vida juntos, acompañados de la murga, arlequines y Los Rabanes.
Para no extender más este post (créanme que dejé muchas fotos por fuera), quiero desearles una hermosa vida juntos y que Dios los mantenga siempre tan felices y enamorados.
Paula y Ernesto, sus sinceras palabras, detalles, agradecimientos y abrazos, significan muchísimo para mi y los llevaré conmigo siempre.