Es muy difícil decidir por dónde empezar a escribir, cuando hay tantas cosas que contar y, al mismo tiempo, quieres evitar que las lagrimas salgan tan pronto.

Debo decir que siempre es especial cuando escribo de cada pareja. Más allá de capturar su día especial, me encanta conocer la historia que los trajo a ese momento tan importante en sus vidas. En el caso de Daylis y Hector, es “suuuper especial” pues he tenido el privilegio de vivir su relación desde el principio y lo seguiré haciendo en muchos otros momentos importantes.

Con mucha emoción, acá les compartiré la historia de mis primos, a través de las fotos tomadas por Nickolas Pedrosa y Xenia Romero (¡gracias chicos por su apoyo!), y las palabras de esta servidora.

Desde que estábamos niñas, mi hermana y yo tuvimos una prima mayor compinche, que nos contagiaba de su pasión por Salserín, nos acompañaba a la tienda a comprar “burundangas”, nos dejaba jugar con sus muñequitos y que también me llamaba pipona cuando perdía en un juego de cartas.

En su cuarto relleno de posters de artistas y accesorios de Mickey Mouse, estaba una chica a la que seguíamos y con las que nos divertimos muchas tardes de nuestra infancia.

A medida que fue creciendo (de edad, no de tamaño, porque las dos somos peques), fue haciendo realidad sus sueños y pasiones, llenando de orgullo a toda su familia.

Es una persona que sabe perfectamente lo que le gusta (ama al Real Madrid y Alex Ubago) y lo que no, también (lo deja muy claro jeje).

Recuerdo lo mucho que me sorprendían las cartas que escribía en nuestros intercambios navideños, llenas de sentimiento y emoción, por lo cual espero que este post haga sentir lo mismo en ella.

Podría quedarme aquí contándoles muchas más anécdotas, pero prefiero enfocarme en una que definitivamente será inolvidable para la posteridad: el día de su boda.

Si de por sí ya era especial que mi prima se casara, no se podrán imaginar mi emoción cuando me preguntó si quería ser su dama de honor.

Dejé mi cámara de lado para acompañar a mi prima en este camino, por el que he visto pasar a tantas chicas, ayudándola con tips, recomendaciones, proveedores y cualquiera cosa que necesitara. Fue algo tan emocionante para mi, que no paraba de decirle a todos que yo era la dama de honor (nunca se sabe cuando volveré a serlo jaja).

Pero esta historia no estaría completa sin la otra mitad y complemento de mi prima: Hector.

Detrás de esa persona trabajadora, honesta y agradable, se encuentra un hombre enamorado de mi prima, que la trata como a una verdadera princesa.

Los detalles que tiene con ella, su comprensión, su paciencia (créanme que las mujeres de mi familia somos cosa seria jeje) y su cariño, son cosas que desde el día uno tuvo con ella.

Dios decidió unir a estas personas por medio de su pasión por la arquitectura, cuando entraron a la universidad. Aunque al principio cada uno estaba por su lado, poco a poco comenzaron a conocerse, las llamadas se hicieron más frecuentes y las salidas mucho más.

Hector estuvo presente en uno de los momentos más difíciles de Daylis y desde ese entonces, pudimos ver el apoyo y comprensión que tiene con ella.

A pesar de que mi tío no se encuentra físicamente con nosotros, siempre está presente en nuestro diario vivir. Estamos seguros que estuvo caminando junto a Daylis, no sólo hacia al altar, sino en cada uno de los pasos que da en su vida.

Hector tuvo un hermoso detalle que jamás olvidaremos. Además de pedirle la bendición a mi tía, antes de proponerle a Daylis, visitó el cementerio y le llevó flores a mi tío. Desde el cielo debe estar muy feliz de con quienes sus hijas eligieron pasar el resto de sus vidas.

No les había comentado que mi título de dama de honor era compartido con la “damita de honor”, Valera Lucía. Les puedo asegurar que, al igual que nosotras, Valeria vivió una experiencia muy parecida con ella.

Otro muñeco que se robó el show en la entrada, es mi otro primito Matías (las damas fuimos opacadas jeje). En estos momentos me siento como si estuviera enseñando un álbum de fotos a amigos, mientras cuento la historia de mi familia jeje.

Desde el más pequeño hasta el más adulto de nuestra familia, formó parte de este momento. Para Daylis y Hector era muy importante que, todos los que ellos quieren, estuviéramos ahí presente.

¡Oficialmente esposos Valdés Jaén!

Después de 8 años de un hermoso noviazgo, lleno de aventuras, historias, viajes, altas y bajas, se encontraban ante Dios diciendo el tan esperado “sí, acepto”.

Antes de llegar a este día tan especial, se encuentra la historia de la propuesta de matrimonio, la cual Hector quiso que fuera muy especial para ella.

Con la excusa de que iban para un almuerzo de negocios, en un apartamento de playa, Daylis se preparó totalmente para apoyar a su novio e intentar “cerrar el trato”.

Lo que ella no sabía es que su hermana y yo nos habíamos adelantado al lugar para revisar que, todo lo que había coordinado Hector, estuviera listo para su llegada.

Oculta detrás de un arbusto y tirada en el suelo (producto de una caída que me di, evitando que me Daylis me viera), me encontraba grabando el momento de la gran propuesta, mientras mis manos me temblaban.

La levó a un lugar con una hermosa vista al mar y finalmente le hizo la gran pregunta. En ese momento salimos de nuestro escondite y fuimos a felicitarlos, mientras Daylis solo le sonreía sin poder decir una palabra. Después la llevó a un lugar que tenía decorado y preparado para ella, para que pudieran tener un atardecer romántico.

Después de eso la llevó a una cena sorpresa en la ciudad, donde esperábamos toda su familia, listos para felicitarlos y abrazarlos. Fue una noche inolvidable y llena de emoción, donde comenzó la cuenta regresiva para este 21 de mayo.

Al ritmo de “Estar contigo” de Alex Ubago, bailaron por primera vez como esposos. Esta canción se ha convertido en un himno para ellos y lo cantábamos emocionados a toda boca.

Quiero aprovechar y agradecer a todos los proveedores que recomendé y los que hicieron del sueño de mis primos, una realidad. Todo quedó tal cual lo esperábamos y mejor.

En momentos así te das cuenta del papel importante de cada uno de los que trabajamos en este ambiente. Es un momento único e irrepetible y de nosotros depende que sea inolvidable.

Esta hora loca sí que estuvo loca y que bien que la pasamos. Entre los raspados, el conjunto y la murga, no había chance para sentarse de lo buena que estaba la fiesta. Al menos yo me senté muy poco.

“Lo que más me gusta de Daylis son sus ojos y su forma de ser.”- Hector

“Lo que me gusta de Hector son sus atenciones conmigo (soy toda una reina jeje) y sus ganas de superarse cada día por su bien y el de ambos (eso me enloquece jejeje).” – Daylis

Creo muchos no saben que en mi familia casi todos bailamos en un conjunto típico (en mi caso, yo bailé durante 12 años). Se podrán imaginar la emoción de todos cuando llegaron los músicos y mucha más la emoción de las mujeres, cuando vimos que nuestros vestidos se podían abrir como polleras.

Me picaban los pies y no podía parar de bailar. En lo personal fue mi parte favorita de la noche y la disfruté demasiado.

Luego vino el topón de Calle Arriba y Calle Abajo, que no podía faltar, siendo descendientes de tableños. En este momento se cumplió uno de los sueños de mi prima y sí que se lo gozó (bueno, todos en realidad).

Daylis y Hector, saben perfectamente el cariño que les tengo y lo feliz que me hizo verlos en su boda. Estoy segura que fue todo lo que soñaron y más.

Tal vez no les di una tarjeta el día de su boda, pero espero que esto compense ese pequeño detalle. 😉

Que Dios bendiga su unión, que cada día su amor crezca más y sean muy pero muy felices juntos. ¡Los quiero!