¡Mágica! Así describió Ana Carolina su propuesta de matrimonio. Y es que cómo no iba a serlo, si José eligió «el lugar más feliz de la tierra», para llevarla a cabo.

En un viaje a Disney, con la familia de Ana, mientras tomaban la foto obligatoria frente al castillo de Magic Kingdom, ella no tenía idea de lo que estaba a punto de suceder. José decidió «cambiar de pose» y ponerse en una rodilla, para sacar un zapatito de cristal, con un anillo dentro.

En ese mismo momento, salió la familia de él con un gran banner (que fue una total sorpresa, porque no estaban en el viaje), unas quinceañeras comenzaron a cantarles y todos los que por ahí pasaban, comenzaron a aplaudirles. No cabía duda de que Ana Carolina le diría que sí, con toda la seguridad y emoción posible. Fue un día para no olvidar.

Varios meses más tarde, después de mucha organización y preparativos, llegó el día que tanto habían soñado y yo estaba segura que sería igual o hasta más mágico que la propuesta.

 

¡Qué gente más divertida! Desde el momento del arreglo, que es cuando usualmente se siente más tensión, los invitados no paraban de reír y divertirse.

Creo que nunca se sabe cómo se reaccionará a ese momento tan esperado. En el caso de José, una mezcla de felicidad y emotividad lo invadió, mientras veía caminar a Ana Carolina, acompañada de su papá.

«De Ana Carolina me encanta su personalidad y su belleza, tanto interna como externa.» – José

«Me encanta de José que es muy familiar, muy atento y siempre hace lo necesario para que yo esté feliz.» – Ana Carolina

Al salir de la iglesia, una banda independiente los esperaba, para comenzar la celebración desde el primer minuto. Como ambos formaron parte de la banda, en sus respectivas escuelas, a solicitud de los invitados, José revivió esos momentos de su adolescencia, por todo lo alto… literalmente.

Esta pareja se conoció en secundaria, gracias a un amigo en común. Aún así, pasaron muchos años antes de que empezaran a hablar diariamente, a causa de un programa de televisión.

Debido a esto, quisieron reflejar su serie favorita «Dr. Who», en cada uno de los detalles de la boda: decoración, mancuernas, porta anillos, entre otros elementos; dejaban a los fanáticos deseando hacer una boda igual.

Los detalles y sorpresas estuvieron presente durante toda la celebración. Incluso, le tenían una preparada a Ana Carolina, que la dejó boquiabierta al enterarse.

Antes de entrar a la recepción solicitaron a todos los invitados que salieran, para poder formar parte de ese momento. Cuando finalmente empezaron a tocar los Retz, trajeron a la novia, quien no podía dejar de sonreír y cantar cada una de las canciones que tocaron.

Por experiencia, la gran mayoría de las veces, cuando los novios son divertidos, sus amigos y familiares también lo son. No podía parar de reír con las ocurrencias y bailes que hacían todos, mientras la pasaban de lo mejor.

Uno de los momentos más graciosos de la noche, fue cuando el novio tiró la liga tan lejos, que le cayó a este joven. No sólo se emocionaron los invitados, sino también su esposa, que no podía con la sorpresa.

¡Y se formó el topón! Pero no de Calle Arriba y Calle Abajo, sino de Los Santos y Metro. Ambas familias celebrando juntas, al ritmo de la murga y los colores del beisbol.

Esta rumba casi que le da al vuelta al reloj, con una celebración súper original. Al día siguiente, se unieron para hacer una junta de embarre, acompañada de tamborito y deliciosa comida, que de seguro nadie olvidará. En lo personal me encantó la idea, ya que en todo este tiempo como fotógrafa, jamás se me había ocurrido que esta tradición formara parte de una boda.

¡Que manera de empezar su vida como esposos! Estoy segura que no faltarán momentos llenos de emoción y aventuras que compartir.

Ana Carolina y José, ¡son lo máximo! Gracias por confiar en nosotros para formar parte de este día tan importante y capturarlo para la posteridad. ¡Que Dios los bendiga hoy y siempre!