Dicen que la lluvia es sinónimo de bendición y prosperidad. Si esto es cierto, Dios les tiene un futuro prometedor.
En un día de “verano” la lluvia fue protagonista durante toda la jornada, pero ni ella fue capaz de “aguar” la fiesta, ni bajarle los ánimos a Reyna y José, quienes estaban muy emocionados de darse el tan esperado “sí, acepto”.
Hace nueve años, Reyna y José se conocieron en un call center, donde él era su supervisor.
Un día él la invitó a salir al cine (según él sin ninguna intención de algo más), pero fue inevitable. El interés fue creciendo y, después de varias citas, José le pidió que fuera su novia.
En la navidad del 2013, junto a toda su familia y amigos, hicieron “amigo secreto” y a José le tocó regalarle a Reyna (que coincidencia, no creen? 😉 ).
Él apareció con una regalo grandísimo y resultaron ser cajas dentro de cajas. Cuando llegó a la última, ya Reyna tenía un nudo en la garganta y finalmente encontró un…collar. Sí, un collar.
Tuvo que disimular su desilusión, pero no por mucho porque a los segundos comenzó a sonar “Marry You”. José se arrodilló y le sacó el regalo de navidad que ella tanto había esperado: el anillo de compromiso.
Que hermoso es ver llorar a alguien cuando es por felicidad.
¡Que buena boda! La pista nunca estuvo vacía y los invitados bailaban al son que les tocaran. Que rico es trabajar así cuando las emociones están a flor de piel y todo están disfrutando el momento.
Bueno, a veces los niños disfrutan de otra manera jeje.
Que mejor manera de terminar la cobertura de la boda que con un abrazo de cariño sincero, por parte de los nuevos esposos.
Reyna y José, espero que esta nueva etapa que comienzan esté llena de mucho amor, cariño y comprensión. Me encantó trabajar con ustedes, son unas personas muy agradables y divertidas. Les deseo una hermosa vida juntos, siempre con Dios presente en sus vidas.